miércoles, 7 de abril de 2010

Intros(des)pectivo

Recientemente estuve saliendo con alguien, solo para darme cuenta que no era la indicada. Me di cuenta al minuto despues de tener sexo con ella la primera vez. ¿Por que deje que las cosas llegaran tan lejos? me deje llevar por el momento, es una persona agradable. Pero en la cama pues... otra historia. No me gusta la gente silenciosa, me siento evaluado, como si estuviera en una especie de prueba estilo "mmm vamos a ver que tan bueno eres en la cama para determinar si eres lo suficientemente bueno para mí". Aparte, ella sola se encabronó con ella misma por algo que supuestamente debi decir y no dije. Para evitar que me salpicara, decidi huir (poco grácilmente, lo admito) antes que seguir.

He de admitir que no me gusta la gente complicada. Y menos que pretendan complicarme más. Sí, debí decir muchas cosas, pero no las dije. Igual si las hubiera dicho seguramente se habría molestado porque dije ésas y no otras. Es una situación donde jamás llevas la de ganar. Si es verde, ella quiere rojo. Si es rojo, ella quiere turquesa. Si es ambos, ella es daltónica. Que le jodan.

Antes de ella, tambien estuve con otra que crei la indicada. Ella se escapo sola, alegando el viejo cuento de "no eres tú, soy yo". Que, durante una época, lo entendí como "no soy yo, eres tú". Pero en fin, si no quieres estar conmigo no puedo hacer nada al respecto, ¿o si? hay personas que prefieren muchas cosas antes que embarcarse en una relación. Sencillamente es cuestión de ponerse en su lugar y patear adelante. En su escala de intereses yo tenía el mismo rango que la cita ginecológica, o la ida al dentista.

Antes de ella, estuve con otra que también creí la indicada, solo que también me corto luego de tener sexo. Supongo que no era el indicado para ella. Misma historia con la que comencé el post, pero distintos personajes. Igual me dejé arrastrar y arrastrado quedé.

Antes de ella estuve con otra que jamás pensé que era la indicada, y sin embargo duramos mucho más tiempo juntos. Sin embargo, corte con la relación al pensar que la que siguiente era la indicada. Es tonto, pero solo si se ve en retrospectiva. La experiencia es tan maravillosa que te permite ver tus metidas de pata luego que las haces nuevamente.

A la final, la indicada no existe. La cosa es vivir el momento, y largarse cuando las cosas se pongan incómodas. Eso de "bueno, ya lo arreglaremos con el tiempo" es una mentira piadosa, como las que se le dan a los moribundos.

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