martes, 18 de mayo de 2010

En casa de Jairo Smith (Versión Dios del Fuego)

He de comenzar primero aclarando algo: esta no es la tìpica reseña de un periodista especialista en espectáculos. Esto es sólo el punto de vista de un testigo de los hechos.



Vamos por partes.



Parte I: Solid Show, ¿cuándo mutaste en Evempro?
La pregunta es válida. Recuerdo cuando Evempro trajo a Iron Maiden, el desastre de la cola, el gentío, los perdigonazos, el barro... También recuerdo cuando Solid Show trajo a KISS, concierto al que yo llegue como a las 7 de la noche, no hice cola y vi a la banda desde cualquier ángulo en que me parase.



Con esa experiencia previa en mente, y luego de burlarme de mis panas que fueron a Metallica porque Evempro, fiel a sus principios, hizo un desastre de organización, me lanzé a Aerosmith a eso de las 6 de la tarde. Llego y de repente veo, con diferentes rostros, la misma kilométrica cola de Iron Maiden. Tuve que pagar para colearme (no es un orgullo, lo sé, pero al menos éramos yo y mi novia, por lo que fuimos bastante discretos considerando que se coleaban de a 10 personas en distintos puntos de la fila).



Cuando entramos, Atkinson ya estaba tocando. No me llamaron particularmente la atención, si bien compre una de sus chapas. La base rítmica era my buena. El cantante no tanto, a mi juicio intentaba ser "irónico-sarcástico-mordaz" pero sin el carisma necesario para serlo. Y se veía a leguas que con las letras se pusieron a pensar en inglés para escribir en castellano. Sin embargo, he de mencionar que tenìan su propio stand de mercancía, las franelas que ofrecen tienen buena pinta.



Entramos y recordé que, hagas lo que hagas, cuando vayas a un toque en el estacionamiento del Poliedro no vas a ver nada. No importa cuánto te muevas. Lo interesante del asunto es la sutil discriminación; no solo por lo de VIP Stage, VIP y General (que recuerda un poco la organización de los pasajeros en el Titanic: el perraje lleva la peor parte). sino la discriminación por tamaño. A los bajitos se les dificultó un mundo ver el concierto, porque el estacionamiento es inclinado. Por ahí escuché que alquilaban sillas en 100 bolívares.



Lo malo de la parte I?: Cervezas a 20 mil. Franelas oscilando entre Bs. 50 y 80 fuera del estacionamiento. Las franelas oficiales en 150(?). El barro como si estuviéramos en Woodstock. Los perdigonazos al aire. Los motorizados. Los perros calientes a 25, los refrescos a 10. El estacionamiento del Poliedro, que sencillamente no es para hacer conciertos masivos. No entiendo por qué no usan el fulano valle del pop, para algo lo montaron.

Y eso que no me calé la cola, si no hubiera más que contar.


Parte II: Jairo Smith



La presentación de Aerosmith puede describirse fácilmente: A.A y D.A (antes de la canción de Armaggedón y después de). Antes de la baladita en cuestión, el concierto fue puro hit de su época más reciente: Pink, Crying, Living on the Edge, Rag Doll... y su gran hit de los 70, Dream On. No evité soltar una lagrimita recordando a Ronnie James Dio, quien en su momento hizo una tremenda versión con Yngwie Malmsteen.



Luego de la baladita melosa, Aerohits paso a ser nuevamente los Aerosmith sucios setenteros, tocando rock del bueno. Draw the Line, Train Kept a Rollin, Baby please don`t go... y lo mejor, los solos. Joe Perry (con su pinta de pintor portugués del renacimiento) se anotó un blues, donde el generalmente desapercibido Brad Whitford se soltó con tremendos solos, el solo de batería de Joey Kramer, donde Steven Tyler se puso a tocar también harto de que no le prestaran atención... sencillamente genial. Steven Tyler es uno de los últimos frontman del rock, capaz de exprimirle fuego y pasión a cada letra y de entretener al público. Y aún toca la harmónica como si estuviesemos en 1972.



Lo malo de la parte II? Aparte de la balada de Armaggedon (detesto esa canción), de las y los (?) fans desilusionados porque no tocaron "Angel" y del sonido no tan contundente (no me malinterpreten, sonaron muy bien, pero me esperaba una avalancha sónica estilo KISS), tendría que mencionar que lo malo de TODO el concieto fue la locación. La organización de Solid Show pues... un 1% mejor que Evempro con Maiden, pero eso es como tener madre y tenerla muerta.



Epílogo: Ya de salida, cuando me estoy comprando la franela reglamentaria junto a mi novia, me consigo frente a frente con... Paul Gillman. Mi novia y yo, como buenos fans, nos acercamos y hablamos. Como buenos acabatrapos, ni yo tenía pila en el celular para tomarle una foto ni ella cargaba un bolígrafo para pedirle un autógrafo. Que desgracia.


Paul es un tipo simpático, todas las veces que me he topado con el me ha tratado como si nos conociéramos de toda la vida. Pero claro, es mi opinión.



Bueno, esa fue mi perspectiva del concierto de Aerosmith. ¿Valió la pena esperar el año entero? si. Más que todo porque si hubiera tenido que pagar el precio actual de la entrada estaría realmente molesto, no solo por la organización sino por la chorrera de niños bobos que creen que Aerosmith arranca y termina en Jaded (la cual no tocaron, por suerte). Eso sí, las mujeres... sin palabras.

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